Gracias de nuevo por limpiar nuestro México
Gracias a ustedes, la tercera edición de la campaña Limpiemos Nuestro México (LNM) fue un gran éxito que todos podemos compartir y disfrutar.
Participamos 3,312,000 personas en 82,500 brigadas, y juntos recogimos en cuatro horas 17,000 toneladas de basura. Todo ello con la participación y el apoyo de 40 mil escuelas, SEMARNAT, SEP, y Grupo Bimbo. Con ello hemos demostrado que sí es posible transformar nuestro entorno –además, LNM es una gran oportunidad de mostrar liderazgo y amor por México.
Tengo que decir que al principio salimos con un poco de flojera, escépticos de la tarea que se nos presentaba. Pero terminamos esta fabulosa jornada con un gran entusiasmo y reafirmando nuestra convicción de que el esfuerzo vale mucho la pena, por infinidad de razones.
Esta campaña te da la oportunidad de conocer muchos lugares que ni te imaginas que existen, algunos con una enorme belleza natural, que desgraciadamente se encuentran totalmente desfigurados por los enormes caudales de basura que arrojamos a nuestro entorno –éste es el caso del Camino del Peregrino a Chalma, donde me tocó encabezar una brigada.
LNM te permite reforzar la integración familiar y la convivencia con tus amigos cercanos. Me llama la atención ver que los niños disfrutan con enorme entusiasmo participar y hacer algo útil, y aprenden una lección para toda la vida: tirar basura es inaceptable.
También conoces a la gente de la comunidad donde te toca participar, con sus cualidades y defectos. A ellos también les impacta ver a un grupo de voluntarios limpiando sus espacios públicos lo que realmente nos hace reflexionar sobre la importancia de mantenerlos limpios, de mejorar el entorno y nos hace pensar que, efectivamente debemos abstenernos de contaminar.
El problema de la basura es grave y no podemos verlo como algo ajeno a nosotros los ciudadanos. Limpiemos Nuestro México nos enseña que el enorme problema de la basura empieza en nuestra conciencia.
La basura está en todos lados y su solución debe ser un compromiso de todos porque, de una forma u otra, todos contaminamos. Este problema no se puede dejar sólo a las autoridades, las iglesias, las empresas o a los ciudadanos. LNM nos enseña que todos debemos trabajar juntos para resolver los retos sociales y que juntos podemos lograrlo.
Por otro lado, me llama la atención que en diversos lugares, las autoridades municipales o delegacionales decidieron, después de mucho tiempo de no hacerlo, limpiar una noche antes de LNM –ojalá que esto sucediera todos los días, pero es un comienzo.
Aún quedan miles y miles de toneladas de basura en las calles, plazas, parques, ríos y cañadas. No obstante, la campaña fue un gran éxito: me doy cuenta que su mensaje poco a poco va prendiendo entre la población, sobre todo en los niños. Hoy sabemos que pequeñas acciones realizadas por muchos, pueden generar un cambio significativo. A nivel personal fue toda una experiencia. Gracias por limpiar nuestro México.