Ocho años
Se cumplen ocho años desde que empecé a publicar este blog y es oportuno detenernos a reflexionar sobre el proyecto. Mi intención desde el principio ha sido abrir un espacio para compartir ideas y mi visión sobre los negocios, la economía, la ciencia y muchos otros temas.
Siempre he pensado que nuestro deber como ciudadanos es cuestionarlo todo, imaginar un mejor futuro y plantear soluciones. Sin controversia no hay avance posible porque el progreso lo hacen los inconformes. Esto constituye parte del espíritu que impulsa a este proyecto. Entiendo que a veces mis comentarios no son bien recibidos, pero mi objetivo nunca será ofender sino provocar la reflexión y motivar el cambio, porque el cambio es posible y deseable.
Hoy es un buen momento para hacer un recuento de lo que hemos logrado con tu apoyo, como lector y participante en este territorio de reflexión. Aquí he tocado temas que van desde la historia, la economía y los negocios, hasta el avance tecnológico, pasando por la educación y el cambio cultural.
Pocos meses después de empezar este ejercicio, inició la Gran Recesión y aquí hemos comentado sobre sus terribles consecuencias –incluso con algo de humor.
Hemos tocado temas tan diversos como el gasto gubernamental, la rentabilidad de las microfinanzas, la Base de la Pirámide o mi visión sobre la pobreza, la riqueza y el dinero. Por ejemplo, recientemente nos cuestionábamos si la riqueza es perversa. Aunque también muchos me han preguntado, ¿qué se siente ser billonario?
Sobre economía, considero que a pesar de la severa crisis que padece el continente, América Latina sigue representando una gran promesa de desarrollo económico –obviamente pienso que esto con mayor razón aplica para México, aunque me preocupa la “Gran degeneración” que pone en jaque a nuestras instituciones.
Por otro lado, la relación de nuestro país con nuestro socio y vecino, los Estados Unidos, también ocupa un lugar relevante. A pesar de voces populistas, racistas e ignorantes que opinan lo contrario, EE.UU. no necesita un muro más alto, porque lo que realmente requerimos son puentes para llegar a una verdadera prosperidad compartida –aunque también debemos reconocer que la llamada “Guerra contra las Drogas” ha fracasado y necesitamos encontrar alternativas.
No he dejado de reseñar algunas de mis conferencias favoritas en TED, un evento que nunca me pierdo. A los jóvenes los he invitado a encontrar su elemento y a mis socios les he dedicado varios mensajes de fin de año donde recibo muchos comentarios que me alientan.
Naturalmente, uno de mis temas predilectos es el de los negocios y sobre ellos he compartido infinidad de entradas, como donde expuse mis “diez reglas fundamentales para tener éxito en los negocios” –que con más de 180 mil visitas ha sido la entrada más leída–. Pero también he hablado sobre la metodología Kaizen, los valores que representa la filosofía Asabiyah y mi visión del gobierno corporativo, entre muchos otros. A fin de cuentas, la consigna es “renovarse o morir”.
La libertad también merece un lugar muy especial en este espacio, porque, como nos enseñó Manuel Azaña, “la libertad no hace más felices a los hombres; los hace, sencillamente, hombres”. Creo que una de las libertades fundamentales más despreciadas por la clase política y que por ello debemos defender con más vigor, es la libertad económica –por las razones que nos plantea Milton Friedman en un largo ensayo.
A quienes participamos en este sitio nos gustan los libros y por supuesto, aquí nunca van a faltar: me refiero a obras de historia, economía y por supuesto, las de negocios, como la “Reina roja”, el “Cisne negro”, el “Punto de quiebre”, “Presentología” y muchas otras de las que seguiré escribiendo.
En fin, tu participación en este blog me anima a continuar compartiendo mi opinión sobre muchos otros temas: gracias a los 316 mil usuarios que han participado con un total de 6.7 millones de visitas. He recibido casi cinco mil comentarios que he leído siempre con gran interés. Juntos damos vida a este espacio de reflexión que seguirá creciendo gracias a todos ustedes.