El dinero: ¿fin o medio?
Hace dos semanas, en mi exposición ante alumnos del Tec, me llamó mucho la atención la candidez con que un alumno me preguntó si la motivación de un empresario debe ser el dinero.
Es curioso ver cómo mucha gente piensa que el dinero es la motivación principal de un emprendedor pero en realidad no es así, no puede ser así. El dinero es totalmente secundario; hasta cierto punto es sólo como el marcador en un juego. Por otra parte es obvio que un negocio que no da dinero no puede continuar. En los negocios el dinero es como la sangre que fluye por el cuerpo; obviamente si se te acaba la sangre, éste se muere.
Sin embargo, el cuerpo no existe nada más para tener sangre; existe para vivir, para soñar, para crear. Así es el negocio; existe para servir al cliente, para concretar visiones, para hacer realidad lo que imaginas y el dinero es sólo un ingrediente para que pueda seguir viviendo e incluso, crecer.
Cuando nosotros analizamos una oportunidad de negocio lo hacemos siempre con la idea de concretar un sueño. Por ejemplo, Banco Azteca tiene la visión de llevar progreso a las familias en la base de la pirámide a través de ofrecer un acceso sencillo a productos financieros económicos de calidad mundial. Nuestra visión en Azteca es la de informar y entretener a las familias latinoamericanas: hablarles con la verdad, pero con esperanza. Resulta que además estos dos son buenos negocios y eso nos permite reinvertir y seguir creciendo, llevar más bienes y servicios y crear empleos, a través de todo el continente.
Llega un punto en el que el dinero por sí mismo no te puede dar más satisfacciones personales: no vas a comer un plato más porque te puedes morir de obesidad; no puedes tomar un día más de vacaciones porque estás ocupado; no vas a tener un par más de zapatos porque ni siquiera tienes donde guardarlos. Acumular objetos no puede ser tu propósito en la vida; dice un refrán: ‘tú crees controlar las cosas, pero en realidad las cosas te controlan a ti’.
El dinero es simplemente un medio nunca, un fin en si mismo. Quien persigue el dinero como un fin acaba siendo muy infeliz. Por otro lado quien busca con ahinco hacer realidad su visión, se verá altamente recompensado.