Un modelo educativo diferente
"El hombre razonable se adapta al mundo, el irrazonable persiste en intentar adaptar el mundo a sí mismo. Por lo tanto, todo progreso depende del hombre irrazonable."
George Bernard Shaw
Recientemente tuve el privilegio de acompañar a los alumnos de Plantel Azteca a su Ceremonia de Graduación. Naturalmente, aproveché para hablar sobre uno de los temas que más me interesan: la educación.
Lamentablemente, hoy vemos que la situación educativa en nuestro país es desastrosa y no percibimos la luz al final del túnel. Por el contrario, en una dinámica perversa, algunos grupos de supuestos “maestros” tienen en jaque a la población en estados como Oaxaca y Chiapas mientras los niños provenientes de los estratos sociales más vulnerables, y cuyo futuro está más comprometido, están en riesgo de perder el año escolar.
Pero no sólo me preocupa la coyuntura: desafortunadamente, el modelo de enseñanza -propio del siglo XIX- es totalmente obsoleto, porque privilegia la memoria y la obediencia sobre la razón y la creatividad. Además, en México, el sistema educativo es una gran empresa paraestatal que no está dando resultados: aún padece de una estructura estatista, centralista y burocrática, sin transparencia ni rendición de cuentas.
Es nuestro deber denunciar esta situación y exigir un cambio porque se está robando el futuro a los niños y jóvenes de nuestro país y el país necesita urgentemente un Cambio Cultural.
Por otro lado, debemos considerar que el maestro, que es una pieza fundamental para lograr un modelo educativo exitoso, ha sido descuidado: él necesita operar en un sistema estable, predecible y con reglas claras.
Hoy más que nunca, México necesita transformar su modelo educativo para hacerlo más descentralizado, menos burocrático y donde el alumno y el maestro se ubiquen al centro del esfuerzo formativo. Debemos invertir mucho más en los profesores, porque aunque ellos buscan hacer las cosas bien, muchas veces el sistema no se los permite.
En Plantel Azteca demostramos que se pueden hacer las cosas de manera distinta, porque sabemos que la educación es la piedra angular de nuestro futuro: es la única forma de progresar en lo personal y como país.
Nuestro modelo educativo privilegia la razón sobre la memoria, el pensamiento crítico sobre la obediencia, el trabajo en equipo sobre el individualismo y se fomenta la disciplina, la búsqueda de la excelencia y la creatividad. En Plantel Azteca realmente “aprendemos a aprender”.
Además, nuestros alumnos tienen acceso a las mejores tecnologías, técnicas y actividades: como nuestro programa de neurolingüística, la Orquesta Esperanza Azteca, el Taller para Emprendedores o el equipo de jóvenes que participa en los concursos internacionales de robótica. Por algo la mitad de nuestros egresados, típicamente acceden a becas que van del 80 al 100% en las mejores universidades privadas de México, como el Tecnológico de Monterrey, el ITAM, la Universidad Iberoamericana, el CIDE y la Universidad Panamericana, entre otras.
En Plantel Azteca vemos que nuestro dinero se ha invertido bien ya que genera excelentes resultados. De manera que el tiempo y el dinero empleados en este proyecto están creando un enorme capital humano que transforma familias y comunidades enteras.
Recordemos que el capital humano es la forma de riqueza más importante que existe. Algunos alumnos de nuestro Plantel quizá pensarán: “No tengo dinero, entonces, no tengo capital”, pero ellos tienen el capital más valioso: sus ideas, conocimientos y creatividad, que son extraordinarias y su desempeño cotidiano así lo comprueba.
Llevamos casi dos décadas demostrando que se pueden hacer las cosas de manera distinta. En 1997 decidimos pasar de las palabras a la acción y hoy vemos los frutos. Simplemente este año, 190 chicas y chicos inician una nueva vida fuera del Plantel; una vida llena de sueños, ilusiones y oportunidades.
Pronto compartiré en este espacio los perfiles de algunos de nuestros egresados más destacados quienes, a pesar de enfrentar graves carencias materiales y un entorno social adverso, supieron aprovechar al máximo las oportunidades que les brindó Plantel Azteca.
Estoy seguro de que nuestros nuevos graduados escribirán historias de logros, satisfacción y orgullo, porque los jóvenes pueden y deben soñar en grande. Bien dice un proverbio chino que “el mejor momento para sembrar un árbol es 20 años antes”. Hoy este árbol le ha dado sombra y cobijo a más de 10,500 egresados que tienen un presente y un futuro brillantes.