El Buen Vecino
La globalización es un fenómeno que llegó para quedarse y en Grupo Salinas creemos profundamente en la integración económica de nuestro continente: pensamos que ésta es la única respuesta válida a un mundo cada vez más competitivo. De hecho, con operaciones en nueve distintos países de América Latina, estamos invirtiendo enormes recursos para encabezar esta tendencia.
En particular, en Grupo Salinas pensamos que, dadas sus enormes complementariedades, México y los Estados Unidos tienen mucho que ganar con una integración económica ordenada.
El pasado 24 de junio, la Cámara de Comercio Estados Unidos-México me honró con el “Good Neighbor Award”, junto a la Secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano: ambos compartimos la convicción de que existe la posibilidad de un mejor futuro compartido para nuestros países.
En el mundo difícilmente podemos encontrar una relación bilateral más importante que la que existe entre México y los Estados Unidos. Estos dos países comparten una de las fronteras más extensas y ricas que existen –en un sentido histórico, cultural y económico.
Sin embargo, como en cualquier otra relación profunda y duradera, también abundan los problemas y éstos nos pueden cegar respecto a las grandes oportunidades que tenemos frente a nosotros.
Desafortunadamente, en tiempos de crisis es común escuchar voces populistas que aseveran que la economía de mercado no funciona y que la globalización ha fracasado. Irónicamente, el simple hecho de que escuchemos esas voces alrededor del mundo es un signo claro del grave error que propagan.
Existe otro populismo, de signo contrario pero no menos dañino, éste es el que demanda que una cerca impenetrable sea construida entre nuestras dos naciones. En Estados Unidos hoy se extiende una visión totalmente sesgada sobre lo que México representa. Se trata de una visión reducida al crimen, las drogas y a la migración ilegal.
Quienes difunden esta visión consideran que las drogas son un problema causado exclusivamente por los mexicanos, pero eligen ignorar que sin demanda, no hay oferta sostenible –las drogas, por cierto, son un problema de salud pública, pero esto es tema de otra entrada.
Los que así piensan, sólo ven la corrupción del lado mexicano y quieren hacernos pensar que las drogas llegan a las calles y a las escuelas ubicadas al norte del Río Bravo por arte de magia.
Es tiempo de confrontar a todas estas voces populistas y de entrar en razón: nuestra relación bilateral tiene muchas más oportunidades que desventajas y más aún en momentos de una grave crisis económica global.
Es un buen momento de reflexionar sobre lo que significa ser un buen vecino: México y los Estados Unidos lo serán por siglos. Es tiempo de imaginar un mejor futuro compartido, y de buscar la forma de alcanzarlo.
Video Discurso RBS frente a la Cámara de Comercio EE.UU.-México
Nota de Hechos: Ricardo B. Salinas recibe el Premio al Buen Vecino