Gracias por sus comentarios, he aquí algunas ideas
No suelo responder directamente a las inquietudes enviadas a través de la sección de comentarios, pero haré una excepción.
Por la importancia de la industria, creo que vale la pena aclarar algunos puntos reflejados en sus comentarios enviados a la entrada anterior, donde cuestiono la existencia de un “duopolio” en TV. Veamos:
Similitud de los productos, ¿implica colusión? Hay productos que, por sencillos que sean, se han posicionado en las preferencias del público.
Las palomitas de maíz son muy similares en Cinemex, Cinemark, Cinépolis o cualquier otro cine. Las palomitas de maíz tampoco cambian mucho a través del tiempo ¿esto implica colusión? Es claro que no. Hay muchos otros productos que son similares entre empresas, países y a lo largo del tiempo.
De la misma forma existen formatos televisivos que han mantenido su permanencia a través de los años y que cambian sólo gradualmente (novelas, noticias, programas de concurso, etcétera).
Pero siempre hay espacio para innovar, y cuando inventamos un nuevo formato, o mejoramos los existentes, los beneficios pueden ser considerables para cualquiera de las televisoras que operamos en el mercado mexicano.
Hay otros casos muy conocidos de empresas rivales que tienen productos similares, como Coca-Cola y Pepsi. Pero incluso estas empresas deben competir férreamente por la preferencia del público, al mismo tiempo que cuidan su rentabilidad.
La audiencia nos da pautas de qué quiere ver, a qué hora: por ejemplo, en el continente americano por las mañanas hay noticias, a media mañana programas de información y entretenimiento para el hogar, en la tarde y noche novelas, o series, y antes de dormir, más noticias. Esto se da en todo el mundo, con algunos cambios de acuerdo a las preferencias regionales y socio-culturales.
Los medios estamos obligados a responder a las tendencias y de acuerdo a la relevancia de la información. El ejemplo es claro cuando los periódicos publican la misma noticia en sus titulares, sin ponerse de acuerdo.
Nosotros no consultamos ni acordamos nuestras noticias con nadie, simplemente otorgamos la relevancia que el hecho noticioso tiene y lo que el público demanda –por ejemplo hace unos días apareció en la primera plana de los periódicos de todo el mundo, y en los titulares de los noticieros, la noticia relacionada con el jefe del FMI; sería absurdo decir que esto implica colusión global, aunque no faltará quien lo haga, y quien le crea.
En Azteca siempre pelearemos por obtener la primicia, aunque lo importante no siempre es la noticia que presentas sino cómo la presentas y la analizas.
Sobre Iniciativa México (iMX) Aquí sí nos pusimos de acuerdo, pero no sólo las televisoras sino todos los medios relevantes en México, porque estamos conscientes de nuestra responsabilidad para mejorar la situación crítica de nuestro país. Los medios estamos obligados a actuar coordinadamente, en un formato que sea atractivo para la audiencia.
¿Mala televisión? La televisión es uno de los pocos negocios a nivel mundial donde las preferencias del público se miden minuto a minuto. A esto se le llama sistema de medición de “ratings”, que es muy sofisticado en muchos países, incluyendo el nuestro.
Nosotros conocemos con precisión cuáles son las preferencias de nuestra audiencia, en todos nuestros horarios y para todos nuestros canales. Lo que transmitimos, bueno o malo para algunos, refleja lo que el público en general demanda.
Puedo decir que ningún otro negocio requiere este detalle de medición de las preferencias.
Reitero, lo bueno es que existen diversos canales para distintas preferencias: deportistas, artistas, historiadores; en fin, para prácticamente todos los gustos.
Pero la televisión abierta, por la naturaleza de su negocio, debe reflejar los gustos de una audiencia más general –no podemos darnos el lujo de satisfacer sólo los gustos de los intelectuales, aunque estoy seguro que ellos disfrutarán mucho la programación de Proyecto 40.
Nosotros ofrecemos alternativas de entretenimiento apegados a un código ético de contenidos, verificados por un comité de expertos que evalúa nuestra programación.
Somos respetuosos de las ideologías, creencias, condiciones y maneras de pensar de la sociedad mexicana.
Asimismo, respetamos su derecho a elegir la programación, libertad que se manifiesta en la posibilidad instantánea, y sin esfuerzo, de cambiar de canal. Insisto, no existe un producto más sencillo para cambiar de proveedor que la televisión, que sólo requiere pulsar un botón del control remoto. Precisamente por ello, quienes hacemos televisión debemos esforzarnos más que en otros negocios, minuto a minuto para atraer al televidente.
¿Falta de talento nuevo? En Azteca hemos abierto la pantalla a una infinidad de voces, conductores y actores que antes no tenían cabida en este medio, y lo seguimos haciendo. Tenemos nuestro propio Centro de Formación Actoral (CEFAT), que ha formado a grandes personalidades de la pantalla, muchos de los cuales han triunfado en el cine, el teatro y en otros países.
En Azteca y Proyecto 40 contamos con una barra de colaboradores y líderes de opinión, cuya talla y diversidad rivaliza con las mejores televisoras del mundo.
Por otro lado, también es claro que estamos a favor de la libertad económica y de otras libertades, y sí, nos enorgullece contar entre nuestras filas con Ricardo Rocha, un excelente periodista, muy profesional y con una larga trayectoria.
¿Pautas comerciales excesivas? En Azteca no recibimos subsidios de nadie, ni obligamos al público a pagar una tarifa como sucede en el Reino Unido, donde los televidentes pagan 145 libras al año por el privilegio de serlo.
La televisión es un negocio muy costoso que requiere ingresos para sustentar las fuertes inversiones que requiere en talento, equipos, ingeniería, energía (cara), impuestos y un largo etcétera.
A estos costos debemos agregar el “impuesto” adicional en especie, que tanto disgusta a la audiencia, de tres minutos por hora de anuncios de partidos políticos, hasta un total de 48 minutos diarios –es un impuesto porque no se paga por un inventario que tiene un costo real bastante elevado. Ante esto, la industria de la radio y la televisión tiene las manos atadas.
No obstante en Azteca, respecto a los anuncios contratados por los clientes, tenemos un estricto control de los minutos comerciales por hora y de la calidad de los anuncios. Nuestro negocio es vender estos espacios publicitarios a los anunciantes de manera que la televisión sea gratis para todos.
Desde un principio, Azteca innovó mediante el sistema de pago por puntos de rating, que es más justo que cobrar la publicidad por minuto sin saber quién te está viendo. Con esto, abrimos el mercado publicitario a una infinidad de empresas que antes no tenían posibilidad de anunciarse en TV.
Esto favorece a las empresas, y por extensión a la economía, y también es bueno para el público que cuenta con más opciones y que puede tomar decisiones mejor informadas de consumo.
¿Inversión de Televisa en Iusacell implica asociación con Azteca? Por supuesto que no, tanto para Televisa como para Azteca es muy claro que debemos seguir compitiendo ferozmente, minuto a minuto, para obtener la preferencia del público y de los anunciantes. Esta lucha seguirá por la misma dinámica de la industria. Ante la diversidad de alternativas de entretenimiento e información, la supervivencia de ambas empresas está en juego todos los días.
Iusacell, aunque parte de Grupo Salinas, es independiente de Azteca, tanto en su administración como en sus recursos.
En el mundo existen muchos casos de fuertes competidores que deciden realizar una inversión conjunta y esto no implica que dejarán de pelear por sus mercados clave, utilizando sus competencias clave, ésa es la naturaleza de una economía de mercado moderna y globalizada.
De hecho, Televisa y Iusacell unen fuerzas para luchar como un gran competidor en un mercado muy concentrado e ineficiente como es el de las telecomunicaciones. Estoy seguro que esta asociación traerá grandes beneficios para el consumidor, las empresas y la economía mexicana que necesita competir con otras naciones para crear empleos.
Espero haber respondido a las inquietudes de varios de mis lectores. Gracias por participar en la sección de comentarios, su contribución siempre enriquece el debate. Pueden estar seguros que en Azteca seguiremos esforzándonos por hacer mejor televisión, ésa es justamente nuestra pasión.