Mitos y mentadas
Comparto el artículo que recientemente escribí para El Horizonte:
Este fin de semana tuve el honor de asistir a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y presentar con mi amigo Jacques Rogozinski su libro, Mitos y mentadas de la economía mexicana. En esta obra, Jacques nos comparte su visión y experiencias como funcionario público en torno a temas económicos que a todos nos interesan —o por lo menos nos afectan.
Quienes me conocen, saben que soy un crítico acérrimo de nuestra concepción colonialista del gobierno y sus atribuciones, pero no se confundan, me queda muy claro que el buen diseño de las políticas públicas es fundamental para el desarrollo de cualquier economía.
Jacques ha tenido responsabilidades muy importantes en dependencias públicas, nacionales y multinacionales. El actual director de Nafin ha estado al frente de la Corporación Interamericana de Inversiones del BID, así como Banobras y Fonatur, entre otros organismos. Por ello, aprender de su visión y experiencia enriquece nuestra percepción sobre la economía.
Jacques nos comenta que: “A lo largo de mi carrera profesional he conocido decenas de países, centenares de pueblos y ciudades, miles de personas. He escuchado y debatido con científicos, empresarios, premios Nobel, políticos y académicos. He sido conferencista y participado en innumerables cumbres y reuniones internacionales, desde el Foro Económico Mundial de Davos y la Fundación Heritage hasta tertulias con los gobernantes e intelectuales de la Venezuela de Hugo Chávez, con los sandinistas nicaragüenses y con los miembros del Partido Comunista Chino”. Me pregunto entonces, ¿cómo no beneficiarnos de esta diversidad de puntos de vista?
Jacques introduce así esta obra: “Este libro será incómodo para muchos porque es escéptico y desafía las ortodoxias y la sabiduría convencional. Este libro es amoral porque trata sobre economía y desarrollo. Cuestiona la forma como México se ha comportado históricamente, manteniéndose como rehén de sí mismo, aplicando ideas ajenas casi con ansiedad automática, sin evaluar con detenimiento sus insumos, posibilidades y capacidades, sin adaptar los modelos económicos a su propia realidad y sin pintarle la raya a nadie”. Creo que es momento de empezar a pensar por nosotros mismos.
Una de las funciones principales que ha desempeñado Jacques, fue al frente de la Unidad de Desincorporación de Empresas Paraestatales, la entidad gubernamental al frente de la privatización de empresas durante la administración de Carlos Salinas —debo aclarar que aunque el grupo de inversionistas que yo encabecé ganó la subasta por el paquete de medios, me hice amigo de Jacques muchos años después.
Paradójicamente, a pesar de haber estado al frente del proceso de privatización salinista, Jacques es un crítico del llamado Consenso de Washington, el conjunto de políticas públicas recomendadas en los 90´s por el Departamento del Tesoro, el FMI y el Banco Mundial, a los países en desarrollo —curiosamente, los países desarrollados no siguieron sus propias recetas y ésta es una de las causas del estallido de la Gran Crisis Financiera de 2008, cuyas terribles consecuencias no se han logrado subsanar.
Entre los ingredientes más destacados de la receta económica del Consenso de Washington encontramos: disciplina fiscal, reorientación del gasto público, reforma impositiva, liberalización de tasas de interés, liberalización del comercio, privatización, desregulación y apertura a la inversión extranjera. Desde mi punto de vista, el problema en sí no son las recetas sino los torpes cocineros que no las han sabido aplicar.
Con divertidas analogías culinarias, Jacques rompe esquemas y destroza la visión retrógrada de algunos políticos a la izquierda y a la derecha del espectro, por lo que seguramente este libro será rechazado con la misma saña por políticos de todos los colores.
En su analogía culinaria, Jacques recomienda no seguir recetas preparadas en otras latitudes, y encontrar una sazón económica propia, que tome en cuenta nuestras circunstancias y aspiraciones.
Jacques describe con detalle la política dominante de las grandes potencias como Inglaterra y EUA y nos recuerda que “con el objetivo de alcanzar a la hegemonía británica, Estados Unidos utilizó políticas industriales y de infraestructura y el continuo intervencionismo gubernamental para impulsar el desarrollo industrial y la producción para la guerra. Al cabo de un siglo y medio de esas políticas, emergió como un coloso hegemónico con un poder sin precedentes y, una vez con esa dominancia consolidada, se convirtió en el apóstol del libre comercio”. Éste es un punto de vista interesante que no debemos ignorar.
Una de las críticas más sólidas que incluye su libro a la política económica de nuestro país, es al hecho de que el gobierno de Ernesto Zedillo entregó casi la totalidad del sector financiero a bancos extranjeros que poco han aportado al desarrollo nacional, ya que en su opinión “no hay otro país en el mundo con una economía similar a la mexicana en la que los banqueros internacionales posean tanta dominancia”. Yo me pregunto ¿cómo puede un ejecutivo en Londres, Madrid o Nueva York tomar una buena decisión sobre otorgar o no un crédito a una empresa en México? No puede.
Jacques nos recuerda que la banca extranjera nos prometió detonar el crédito y con ello el desarrollo y esto no sucedió. Sólo falta ojear la prensa financiera para observar que los bancos extranjeros que operan en México reportan ganancias descomunales a sus matrices en Nueva York, Madrid y Londres gracias al cobro desmedido de comisiones, a pesar de desempeñar una escasa actividad crediticia —todo lo contrario del modelo que sigue nuestro Banco Azteca.
En su libro, Jacques también nos ofrece conceptos bastante útiles para entender la profunda necesidad que tenemos en México de un verdadero Cambio Cultural y de una revolución educativa que impulse a las generaciones futuras, ya que “los estudios más recientes avalan la idea de que la educación es importante tanto como inversión en capital humano como para facilitar la investigación, desarrollo y difusión de tecnologías. Su calidad está causalmente relacionada con los resultados económicos de las naciones”.
El problema es que en México, la educación es una empresa monopólica del estado que ofrece muy pobres resultados.
Desafortunadamente, en opinión de Jacques, en México no tenemos suficiente materia gris para competir exitosamente en el mercado global. Al terminar este libro, comprendemos la necesidad de revolucionar la mente del mexicano y su concepción del mundo porque la educación y nuestro proyecto de nación van de la mano.
Desde mi punto de vista, nuestro país requiere políticas agresivas para resolver el tema de la inoperabilidad del gobierno mexicano, tal como lo describe Gabriel Zaid. La riqueza no se crea por decreto, requiere certidumbre y un entorno favorable para ser creada.
En este libro, Jacques también desnuda la campaña sistemática de ataques por parte de la prensa internacional en contra de los empresarios mexicanos con presencia global. Algunos medios ven con recelo cómo nuestro talento empresarial va gradualmente rebasando fronteras, especialmente a través de América Latina, con ideas novedosas que difícilmente podrían concebirse en una mente acostumbrada a los excesos de una economía desarrollada.
Rogozinski también critica “el avieso comportamiento de muchos conductores de radio y televisión como Glenn Beck, Ross Limbaugh o Lou Dobbs, y de cadenas como Fox News con su perorata xenófoba que inculpa a los inmigrantes ilegales de las siete plagas que azotan a Estados Unidos”. Pero de esto ya he comentado extensamente.
No se necesita ser un economista para disfrutar las anécdotas y reflexiones del libro de Rogozinski. Él mismo nos lleva de la mano y nos explica con claridad los motivos del proceso de privatización que dirigió y algunos conceptos fundamentales, como la diferencia entre propiedad y control de una empresa y la necesidad de contar con corporaciones nacionales globalmente exitosas.
Les recomiendo la lectura de esta obra que reseña con amenidad los mitos y mentadas de nuestra atribulada economía.
La reina roja
Populismo globalizado y tasas de interés
Ayuda muerta
En casa del herrero…
Biblioteca de Ricardo B. Salinas
Mitos y mentadas – Artículo en El Horizonte
Ricardo Salinas en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara - Central MX