Misión cumplida
El domingo 9 de octubre, por octava ocasión, celebramos la jornada de limpieza y conciencia ambiental Limpiemos Nuestro México (LNM). A pesar de que en algunas ciudades el clima no nos favoreció, vimos la participación entusiasta de millones de personas que están dispuestas a cambiar su entorno, literalmente “llueva o truene”.
El problema de la basura es gravísimo: cada mexicano genera un kilogramo de desperdicios al día: esto es más de 110 mil toneladas de basura en cada uno de los 365 días del año. Es momento de actuar si no queremos, literalmente, inundarnos de basura. Para ello se creó LNM.
En esta edición participaron más de 7 millones de personas, organizadas a través de 140 mil brigadas, que lograron recoger 40 mil toneladas de desperdicios. Me dio un gusto enorme ver que participaron millones de familias enteras. Los niños se mostraron especialmente entusiastas porque reconocen la importancia de tener espacios dignos, algo que tristemente muchos adultos no han comprendido.
No sólo se trata de salir a las calles a limpiar sino de sembrar en las nuevas generaciones la semilla del cambio para que tirar basura se convierta en algo totalmente inaceptable. Buscamos que la cultura de la limpieza y del aprovechamiento de los residuos sea algo cotidiano.
De hecho, Limpiemos Nuestro México ha evolucionado: sigue siendo una campaña de limpieza pero también de rescate integral de los espacios públicos: calles, parques, bosques, playas y ríos. La gente está determinada a tener áreas dignas en sus comunidades; es una deuda con nosotros mismos que finalmente queremos saldar, cueste lo que cueste.
Además de levantar toneladas de basura, el domingo vimos gente pintando bancas, canchas y bardas, podando el pasto de los parques, borrando grafiti y embelleciendo de muchas formas miles de rincones de nuestro país.
Hoy nos queda muy claro que millones de personas están dispuestas a cambiar, aportando varias horas de su tiempo en familia y con amigos para participar en esta jornada de limpieza y rescate de espacios públicos.
Es importante reconocer que nada de esto sería posible sin la cooperación de entidades, públicas y privadas como: la Secretaría del Medio Ambiente, Grupo Bimbo, Pemex, CONAFOR, CONAGUA, la Gendarmería Nacional y la Liga MX, entre muchas otras. Debo reconocer también la labor incansable de Esteban Moctezuma y el gran equipo de Fundación Azteca en favor del medio ambiente.
Me motiva mucho ver que millones de personas nos estamos coordinando para mejorar nuestro entorno y reconocer que el cambio de actitud empieza por nosotros mismos. La solución a estos, y muchos otros problemas, está en nuestras manos: no podemos seguir creyendo que el gobierno nos resolverá todo, porque esta idea, además de falsa, es peligrosa.
Limpiemos Nuestro México nos enseña que juntos podemos cambiar las cosas si realmente nos lo proponemos, muchas gracias por participar y nos vemos el próximo año.