Diagnóstico: Los Cárteles de la Droga en México
Por Ichak Kalderon Adizes
Este blog se basa las conversaciones que mantuve recientemente con líderes mexicanos; representa mi diagnóstico de los asuntos relacionados con el narcotráfico en su país (cada mes me encuentro en México realizando labores de consultoría).
El mercado de las drogas en México, conservadoramente, tiene un valor de US$32,000 millones. Una cifra muy superior a lo que se requiere para pagar a las innumerables mulas que llevan drogas a los Estados Unidos e incluso, para sobornar a policías y políticos corruptos.
Otra incómoda verdad: Los cárteles pelean una guerra por el predominio [n.t. del mercado]. Cada vez que el gobierno mexicano captura a un líder del narco, inician nuevas batallas entre los cárteles que tratan de aprovechar el vacío de poder.
La mayoría de los crímenes consisten en miembros de un cártel asesinando a las mulas de la organización rival. Algunos de los muertos son policías que no prestaron atención a la advertencia de mantenerse al margen del conflicto.
Por si no fuera suficiente, los índices delictivos en México están creciendo. El secuestro, por ejemplo, esta aumentando; las víctimas son tradicionalmente comerciantes e inclusive algunos profesionistas, como médicos.
Otro factor clave a considera es: El libre comercio de armas en Estados Unidos. Esta situación permite a los cárteles adquirir equipo de asalto y otras armas letales fácilmente, e introducirlas a México.
Diagnóstico:
Los secuestros son el factor que probablemente menos se relacione con el tráfico de drogas. México ha tenido el secuestro desde hace ya mucho tiempo. El problema podría ser más agudo ahora; sin embargo, la policía está condicionada por los cárteles de la droga y son relativamente ineficientes. Un problema para México.
No se puede decir lo mismo sobre el problema de las drogas porque sólo un pequeño porcentaje de las sustancias ilegales están ofertadas en el mercado mexicano. La mayoría de ellas tienen destino hacia Estados Unidos. México, además, no es el principal productor de drogas del otro lado de la frontera, más bien es un centro de distribución.
Lo que sucede, como percibo, es que Estados Unidos tiene el problema pero responsabiliza a los mexicanos de su resolución.
Durante años, Estados Unidos “exportó” sus guerras a otros países: Lucha contra el extremismo musulmán en Afganistán o en Irak, de tal forma que penetren el territorio estadounidense. La situación ya sucedió antes: la guerra en Corea y en Vietnam tuvo como objetivo detener la expansión del comunismo, así como la guerra en Europa tuvo como misión frenar la expansión nazi. La diferencia aquí, consideremos, es que los estadounidenses no están haciendo algo por luchar.
Ahora, a pesar del agresivo discurso de Estados Unidos en la lucha contra los cárteles, solicita al gobierno mexicano hacer el trabajo – al mismo tiempo que, por razones políticas, no prohíbe la venta del armamento que aprovisiona las guerras de los cárteles.
El problema es que las drogas continúan siendo un gran negocio. La solución para revolver este paradigma es “drenar el pantano donde viven los mosquitos” – destruyendo el negocio. Un ex presidente mexicano recomienda que se realice mediante la legalización de las drogas.
En mi opinión, legalizar el comercio de las drogas no resolverá el problema. El hacer de los narcóticos un negocio legal, significa que entidades legales desarrollen centros de distribución, adviertan y logren atenuar este problema.
Para destruir ese negocio, Ricardo Salinas Pliego, sugiere que los hospitales distribuyan gratuitamente las drogas, como se hace actualmente con preservativos y dispositivos para prevenir el contagio del VIH. Además, promueve el lanzamiento de una gran campaña para prevenir a las personas de los peligros las drogas, así como crear una red de clínicas que traten gratuitamente a los adictos.
De hacerse bien, entonces no habría más negocio. La miel desaparece, lo cual significa que también las moscas lo harán.
Aquí hay una idea; sin embargo, estas medidas deben asumirse en Estados Unidos. Si México hace lo suyo en su lado de la frontera, esto no resolverá el problema… porque el negocio real se hace en territorio estadounidense, y no en México.
Si yo aconsejara al gobierno mexicano, diría: “Abandonen a los cárteles. Esto es un problema de los estadounidenses, no suyo. Enfóquense en sus propios problemas, que son los secuestros. Comuniquen a los cárteles que si ellos pacíficamente dividan sus territorios y detengan sus guerras, no vendan drogas en México, y ayuden al gobierno a detener los secuestros, de esta forma el gobierno mexicano dejará a los cárteles.
¿Y los estadounidenses? Yo aconsejo que escuchen lo que Salinas mencionó. Hay mérito en su sugerencia. Las drogas no son un problema legal pero son problemas para la salud y para la educación. Prosiguiendo a los adictos no se dejan de consumir drogas. Los adictos son enfermos. Luchar contra la oferta de drogas sólo elevara su precio, lo que significa que los adictos serán inhibidos en la forma de obtener recursos para comprarlas. Además, precios más altos representan ganancias para los distribuidores, quienes se volverán cada vez más grandes, fuertes, y así traficantes más violentos se verán atraídos por el negocio.
Criminalizar el uso de las drogas sólo hace a los narcotraficantes más fuertes – no los debilita.
¿Estados Unidos distribuirá drogas gratuitamente? Lo dudo.
Mientras tanto, los mexicanos mueren.