La Libertad Económica en Crisis
El pasado 15 de octubre compartí algunas
reflexiones propias sobre la libertad, mientras que el 29 de septiembre hablé de las
siete tesis concretas de la libertad detalladas por el Doctor Ulrich Wacker. Recordemos la segunda de ellas:
“La libertad respeta siempre las pertenencias del hombre. Una persona debe ser libre para decidir sobre aquello que adquirió con su propio esfuerzo. El derecho a la propiedad es una de las condiciones más importantes de la libertad. Sin el derecho de autodeterminarse, sin el derecho a la propiedad y sin el derecho a la privacidad, el hombre está expuesto a otros hombres o colectivos y pierde su independencia.”
De aquí se desprende el tema fundamental de la Libertad Económica. Hoy más que nunca debemos estar alertas y dispuestos a defenderla ya que, aunque siempre la hemos visto amenazada, en tiempos de crisis los peligros aumentan considerablemente.
Mercado vs. Gobierno
Como instituciones creadas por el hombre, ambas fallan, pero en materia económica, el mercado tiene un mejor historial. La forma en que se resuelva la presente crisis global definirá las fronteras entre el Mercado y el Gobierno, a nivel global y en años por venir.
Cuando los mercados fallan, y esta vez lo hicieron estrepitosamente, los políticos en general, pero los populistas y los proteccionistas en particular, buscan restringir aún más nuestras libertades económicas: el botín, nuestro dinero, es terriblemente atractivo para ellos. Un jefe de estado europeo recientemente declaró que “La mano invisible está muerta,” refiriéndose al poder del mercado para alcanzar equilibrios que incrementen el bienestar de la sociedad. Estas palabras probablemente fueron pronunciadas con la intención velada de justificar mayores límites a la libertad económica. Éste es sólo un ejemplo de lo que ha sucedido y está por venir.
Daniel Kaufmann, director de Programas Globales y Gobierno del Instituto del Banco Mundial recientemente declaró que en el mundo “hoy existe el peligro de sobre-regulación a tal grado que el crédito y la actividad empresarial (que inevitablemente involucra la toma de riesgos) pueden ser bloqueados por mucho más tiempo […] La ley Sarbanes-Oxley pudo haber tenido buenas intenciones, pero su excesivo celo regulatorio claramente sobrepasó su objetivo. […] Esta clase de excesos normalmente tienen lugar cuando el imperativo político de ‘actuar con resolución’ obliga al legislador a tomar acciones legales y regulatorias agresivas al calor de una crisis. ”
Mientras tanto Erik Berglöf, Economista en Jefe del BERD, externó su preocupación sobre la posibilidad de que los impulsos anti-libre-mercado se contagien a los países en desarrollo, “puesto que los políticos populistas tratarán de culpar no sólo a los mercados financieros, sino también a la libertad de empresa y de comercio”.
Tomar riesgos es esencial para el empresario. Hoy está de moda el ‘Gobierno Nana,’ el que nos permite abortar, pero que nos prohíbe fumar; el que nos permite portar armas o ir a la guerra antes de los 21 años de edad, pero que nos prohíbe tomar una copa de vino en esa etapa de nuestras vidas (en EE.UU., por ejemplo). Es absurdo, pero sobre todo es PELIGROSO: respecto a tomar riesgos, el gobierno no debe restringir a los empresarios, ésta es precisamente una contribución fundamental del empresario a la sociedad; el peligro de este tipo de restricciones es la posibilidad de un infarto económico global.
Los populistas tratarán de convencernos de ‘proteger a la gente de los peligros del mercado’, y los proteccionistas de ‘cuidar a la industria de los riesgos de la globalización.’ Llevando a la práctica éstas u otras variantes de dichos argumentos podemos prolongar indefinidamente la crisis global y provocar la ruina de nuestras economías. Esto es justo lo que sucedió después del crack bursátil de 1929. El crack en sí mismo no fue la causa de la depresión económica más terrible de los tiempos modernos, sino el populismo, el proteccionismo y la sobre-regulación que siguieron a este evento.
El mercado no es perfecto, pero es la mejor manera de resolver nuestros asuntos económicos; aún tomando en cuenta las fallas recientes de ciertas instituciones financieras –que no debemos atribuir al mercado en sí, sino a la ambición irrefrenable de algunos delincuentes de Wall Street, a la falta de transparencia, a una regulación miope y a una supervisión defectuosa, en el mejor de los casos, y cómplice en muchos otros (ver la entrada sobre Gobierno Corporativo).
Epílogo: Rescate Bancario y el ‘Burócrata Feliz’
Al fallar el sistema financiero, es natural que algunos gobiernos tomen participaciones en el capital, o incluso el control accionario de varios bancos. Esto es precisamente lo que está sucediendo en Estados Unidos, el Reino Unido, Irlanda, Islandia, y en otros países, y es lo que sucedió después de la crisis bancaria mexicana de 1995.
No obstante, esta situación debe ser sólo temporal, y los bancos deben regresar a manos privadas –bajo una mejor regulación y supervisión. Esperemos que esto suceda en los países desarrollados, por el bien de la economía global, de otra forma podríamos dañar seriamente al sistema bancario internacional debido a que el capital no fluirá de manera eficiente.
Sólo imaginemos por un minuto a un burócrata feliz, despachando desde una suite bancaria en un piso elevado con una magnífica vista de su ciudad… desde donde puede repartir puestos a sus amigos, y dinero a los políticos…el dinero de los accionistas, depositantes y contribuyentes…todo esto sin rendir cuentas a nadie. Es un sueño para ellos, pero una pesadilla para todos los demás. Los ciudadanos del mundo debemos estar alertas para evitar ésta y otras pesadillas que en este entorno podrán materializarse; la prosperidad global está en juego.